“Si confiamos en nosotras mismas y trabajamos juntas, podemos lograr grandes cosas” Elizabeth Ixim (21 años)

Elizabeth, es una joven que ha incidido en su comunidad a través del trabajo que ha realizado como Coordinadora del Centro Comunitario Digital en la comunidad Río Azul, Quiché. Es  hija de un profesor de la comunidad, quien creyó en la educación como una herramienta de vida para que ella tenga otras oportunidades, lo que rompió con los roles de género tradicionales en su entorno. Desde que inició su involucramiento en el centro, Elizabeth se mostró comprometida, ella ya sabía usar una computadora y era uno de los únicos CCD que ofrecía el servicio de clases de computación impartidas por ella misma. 

Su participación activa y capacidad para involucrarse al inicio del proyecto la posicionó como una de las coordinadoras del centro, mencionando que al principio no imaginaba que la eligieran por ser joven y no tener mucha experiencia previa. Además ha trabajado con la Asociación SERES, uno de los socios más activos de NSR en el territorio. 

Al inicio los retos eran grandes: la falta de recursos, la ausencia de un espacio seguro para las herramientas y la falta de apoyo por parte de algunas autoridades locales fueron algunos de los obstáculos que Elizabeth tuvo que enfrentar pero su empeño por mejorar las condiciones del CCD la hicieron destacar.

Elizabeth Ixim, de la comunidad Rio Azul, Quiché.

Uno de los aspectos que más valora Elizabeth es el acceso a la tecnología, especialmente para los padres y madres de familia de su comunidad. En el CCD, no se requiere tener un título para acceder a la capacitación en tecnología, lo que facilita la inclusión de muchas personas que no habían tenido la oportunidad de aprender sobre computadoras. Este enfoque inclusivo ha sido clave para mejorar las habilidades de la comunidad y permitirles un mejor acceso a servicios como la impresión de documentos y la tramitación de papeles.

El centro no solo ha sido una herramienta educativa, sino también un lugar para obtener ingresos para la comunidad. Gracias al trabajo de otras mujeres, el centro ha comenzado a ofrecer servicios de fotocopias, venta de helados y bebidas, lo que ha ayudado a mejorar la economía local. A pesar de los retos, Elizabeth ha demostrado que con trabajo en equipo y determinación se pueden superar las dificultades y lograr avances.

Los comentarios de la comunidad sobre el centro han sido en su mayoría positivos. Aunque aún hay mucho por mejorar, las personas están contentas de tener un espacio dedicado a la formación digital.

Su sueño para el futuro del CCD es que cuenten con más computadoras y que el lugar se convierta en un espacio que impulse la educación, el emprendimiento y el bienestar para toda la comunidad. Elizabeth espera que el centro continúe creciendo y que las nuevas generaciones también tengan la oportunidad de ser lideresas.

A pesar de las dificultades, Elizabeth ha aprendido a no temer a los desafíos y a confiar en sus capacidades. Su mensaje a otras mujeres que aún dudan en involucrarse es claro:

“No tengan miedo, todas y todos tenemos la capacidad de hacer las cosas bien. Si confiamos en nosotras mismas y trabajamos juntas, podemos lograr grandes cosas”.